Con el 98,4 por ciento de los votos escrutados, el PRO de Mauricio Macri volvió a ser la fuerza más votada en la Ciudad de Buenos Aires por un amplio caudal, aventajando a sus inmediatos seguidores, encarnados por ECO y el Frente para la Victoria. Estos dos últimos cosecharon el 22,27 y el 18,72 por ciento de los votos, largamente por detrás del partido de color amarillo.
El PRO, en efecto, acumuló el 47,30 por ciento de los votos, guarismo que, de haberse registrado en las generales, habría dejado a su candidato en las puertas del triunfo directo -sin balotaje-.
Pero ayer no era tiempo de resolución general, sino, en realidad, de las internas en cada espacio. Y en ese caso, el ganador fue el Jefe de Gabinete porteño y favorito de Macri para el chico, Horacio Rodríguez Larreta, que consiguió el 60 por ciento de los votos destinados a PRO y relegó a su perseguidora, Gabriela Michetti, de decepcionante performance, con el 40 restante.
Macri, ni lerdo ni perezoso, aprovechó la importante postal para apoderarse del búnker ganador y copar la parada con un discurso de tintes presidenciales. "El desafío es que en los próximos cuatro años hagamos más que en estos últimos ocho y sé que lo podemos hacer, por eso le pido a todos los vecinos de Buenos Aires que nos acompañen con su voto para que sigamos trabajando juntos", destacó el precandidato presidencial.
En Eco, sin embargo, casi no hubo lugar para las sorpresas: con el 80 por ciento de los 405.998 sufragios registrados parcialmente, el ex ministro de Economía y actual diputado nacional, Martín Lousteau, logró el pasaporte para competir en las generales del 5 de julio próximo, marginando a Graciela Ocaña, que sacó el 18, y Andrés Borthagaray, que cerró con el 2 restante y pasó por las urnas sin pena ni gloria.
El kirchnerismo llevaba nada menos que siete candidatos en total y no es sorpresa, dado el apoyo oficial del Gobierno nacional y los hombres más fuertes del FpV en todo el país (incluido Daniel Scioli, que hizo campaña con él esta última semana), que haya ganado Mariano Recalde, el titular de Aerolíneas Argentinas. Recalde acaparó el 66 por ciento de los 341.378 votos dirigidos a su frente, mientras que Gabriela Cerruti (11,24 por ciento) y Aníbal Ibarra (10,98 por ciento) quedaron en segundo y tercer lugar respectivamente, muy lejos, y otros como Carlos Heller y Gustavo López más abajo todavía.
El Frente de Izquierda ratificó su excelente presente con la candidatura de Myriam Bregamn, que obtuvo el 22,26 por ciento (141.227 votos) y sacó boleto para la contienda general en el cuarto lugar, sólo superada por las tres fuerzas mejor posicionadas. El otro candidato que estará presente es Luis Zamora, con su característico sello de Libertad y Autodeterminación, y el 2,03 por ciento (37.066 votos).
Absolutamente todos los demás quedaron afuera de toda posibilidad, es decir, no lograron el piso requerido por la Justicia Electoral, que es el 1,5 por ciento del padrón. El caso más llamativo fue el de Guillermo Nielsen, que iba como candidato del Frente Renovador y no pasó la barrera del punto: obtuvo el 0,89 por ciento, confirmando la pobre producción del massismo en los distritos más importantes donde hubo comicios hasta ahora (el otro había sido Santa Fe).
También llamó la atención que ni Claudio Lozano, diputado nacional, ni Gustavo Vera, conocido por su labor en La Alameda y su cercanía con el Papa, llegaran a los números exigidos. Lozano quedó cerca con el 1,43 por ciento, en tanto que Vera competía con el sindicalista Leonardo Rubén Fabre dentro del frente Movimiento Bien Común, pero ni así alcanzaron el ansiado 1,5 por ciento.
Tampoco entraron Humberto Tumini, de Surgen, y el actor Ivo Cutzarida, que iba con Es Posible (avalado por los Rodríguez Saá). Misma suerte para Alianza Alternativa Bs. As., Movimiento Socialismo MAS, Partido Humanista, Bandera Vecinal, y Alianza Movimiento Federal.
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